La pandemia ha aumentado la importancia que tienen para los ciudadanos determinadas características de las viviendas. ¿Son también igual de determinantes a la hora de estimar el valor de un inmueble? Te explicamos con ayuda de César Escobar, codirector del departamento de Visado de Tinsa, cuáles son los factores que más influyen en el valor de una vivienda y los pasos que se siguen en un proceso de tasación.
Los factores principales que se tienen en cuenta a la hora de valorar una vivienda son la zona y el entorno en la que se sitúa, su tipología (unifamiliar, ático, bajo con jardín o piso) y si es de segunda mano o de nueva construcción. “La zona sigue siendo el factor protagonista que lo condiciona todo”, afirma César Escobar.
Cuando hablamos de una zona, nos estamos refiriendo tanto
a la ubicación (¿en qué municipio? ¿centro o periferia?), como al entorno
próximo: equipamientos, servicios públicos, transportes, comercios, hospitales,
colegios y zonas verdes que la rodean. Otros factores que influyen en el valor
de la vivienda son la altura, la orientación y vistas o las zonas comunes, por
citar solo algunos de ellos.
Te mostramos a continuación algunas pistas que te pueden
ayudar a entender en qué consiste una tasación y qué aspectos se analizan y
pueden influir en el valor.
Identificación de la vivienda: comprobaciones registrales,
catastrales, y urbanísticas
Es fundamental identificar registral y catastralmente la
vivienda para garantizar que la que se está visitando corresponde con la que se
está comprando según los datos que figuren en el Registro de Las Propiedad (y
no con la del vecino) y que no arrastre problemas urbanísticos que penalicen el
valor o que, incluso, impidan que el inmueble pudiera ser hipotecado. El tasador
revisa y analiza que todo esté correcto desde el punto de vista normativo.
También comprueba si es una vivienda de protección oficial (VPO),
si se encuentra arrendada o si tiene alguna protección arquitectónica, porque
son cuestiones que podrían limitar su valor.
Ubicación: principal indicador de servicios
Como explica César Escobar, codirector del departamento de
Visado en Tinsa, “la zona en la que se ubica un inmueble es un factor
determinante a la hora de valorar un inmueble. El entorno es clave porque no
sólo importa la localización exacta de una vivienda, sino su proximidad a
colegios, hospitales y centros sanitarios, parques infantiles, centros
comerciales y de ocio y equipamientos deportivos”. Cuando hablamos de
ubicación, en el valor primero influirá la provincia luego descenderemos a
nivel de distrito y de ahí, al barrio. Dentro del barrio, habrá que tener en
cuenta la calle exacta y el edificio concreto.
Tipología: ¿exterior vs interior?
El tipo de vivienda que elijamos influirá notablemente en
el precio
La oferta según la tipología de vivienda (unifamiliar
aislado, pareado, adosado, en bloque, en manzana) está directamente relacionada
con la demanda. Si en una zona hay mucha demanda de vivienda de obra nueva y
escasez de oferta, los precios tenderán al alza, independientemente de sus
características.
Como norma general, apunta César Escobar, los áticos con
terraza son los inmuebles más valorados, seguidos de los bajos con jardín.
También las viviendas exteriores a la vía pública y con balcones son más
atractivas que aquellas viviendas que únicamente tienen ventanas, debido a su
mayor visibilidad, luminosidad y ventilación. Una característica que ha
adquirido aún más protagonismo durante la crisis sanitaria del COVID.
No obstante, hay que analizar cada caso concreto, sin
generalizar, puesto que el tipo y la anchura de la calle, el tráfico y su
actividad comercial, peatonal y de vehículos, e incluso la altura de sus
edificaciones colindantes también serán determinantes en su valor. Por ejemplo,
en una zona de tráfico intenso o locales de ocio, el mercado puede valorar más
las viviendas que den al interior de una urbanización a un patio de manzana que
las exteriores, ya que están expuestas a un mayor nivel de ruido.
¿Obra nueva o segunda mano?
Independientemente de las preferencias personales de cada
comprador, el precio por m2 de las viviendas de obra nueva es mayor que las de segunda
mano para una localización similar. Entre algunos de los puntos a favor de los
inmuebles de nueva construcción, destaca la inclusión de nuevos materiales e
instalaciones que facilitan un mayor ahorro energético.
La importancia de la altura
Exceptuando los casos de bajos con jardín o patio
privativo, la demanda suele preferir plantas altas. Habitualmente los pisos más
altos gozan también de más luminosidad, mejores vistas, más ventilación y menos
contaminación acústica. El encarecimiento puede ser de hasta un 2% a
medida que se sube de planta en un inmueble, siempre que exista ascensor en la
finca. En el caso de que una vivienda se encuentre situada en un edificio sin
ascensor, la tendencia del precio se invierte y cuanto más alto sea un piso, el
precio irá disminuyendo. Si queremos saber si en un futuro puede ser viable su
instalación, deberemos consultarlo con la Comunidad de Propietarios y con el
Administrador de la finca.
Eficiencia Energética, un valor en alza
En el escenario actual, en el que los edificios son
responsables del 36 % de las emisiones de CO2 y del 40% del consumo de energía
y en donde la normativa europea está fijando ambiciosos objetivos
medioambientales, la eficiencia energética empieza a tener presencia en la
mente del comprador. Tiene un protagonismo relevante en la obra nueva de gama
alta. En la vivienda de segunda mano, todavía no es una característica exigida
por la demanda de manera generalizada como para que pueda trasladarse a un
incremento de precio, pero es una tendencia que acabará reflejándose en el
valor.
La eficiencia energética de un inmueble se refleja en
el certificado
de Eficiencia Energética que también realizamos, donde además de describir y
calificar objetivamente las características de un inmueble, se aporta
información sobre el nivel de gasto que un propietario va a tener que afrontar
para disfrutar de cierto confort en la vivienda.
Orientación al sur, más luminosa
Es un factor que incide directamente en el consumo de
energía de una vivienda. No es lo mismo que una vivienda esté orientada al
norte o al sur, porque se verá afectada de forma diferente por la incidencia
del soleamiento, la luminosidad y la ventilación, claves que repercuten
directamente en el uso que deberemos hacer del aire acondicionado o la
calefacción.
El exterior como epicentro del hogar
Desde la imposición del confinamiento por COVID, los espacios
exteriores de las viviendas y las zonas comunes han ganado protagonismo. Las
zonas exteriores se valoran más en aquellas zonas que tienen una buena
climatología, que permita disfrutarlas durante largos períodos de tiempo. “El
comprador busca aumentar su calidad de vida a través de estos espacios
exteriores comunes, porque invitan a desarrollar actividades relacionadas con
el ocio y el descanso. Las viviendas con espacios exteriores permiten disfrutar
de usos complementarios a los habituales, al contar con áreas específicas para
el descanso y aumentan notablemente el valor de una vivienda”, explica César
Escobar.
En un jardín, los elementos que le otorgan más valor son
el tamaño y la calidad y conservación de las instalaciones con las que cuente,
como piscinas, zonas deportivas, áreas de juego y parques infantiles, solárium,
cenadores, barbacoas, praderas y arboledas.
Una vez considerados todos los factores, ¿cómo se realiza una
tasación?
La tasación es un proceso extraordinariamente complejo,
que se lleva a cabo en diferentes fases. Como paso inicial, se analiza el
entorno en el que se ubica el inmueble. Se pone atención especial en vía de
acceso, si es ancha o estrecha, tranquila o ruidosa y comprueba la calidad
constructiva del edificio. Una vez analizado el exterior, se ha de realizar una
visita interior. En las tasaciones con finalidad hipotecaria, la visita del
técnico al interior del inmueble es obligatoria.
Durante la visita, el tasador comprueba las superficies
levantando un croquis del inmueble, analiza las calidades y el estado de
conservación de los acabados e instalaciones de la vivienda, comprueba el
estado de ocupación, recaba información catastral, registral y urbanística y
realiza un amplio reportaje fotográfico.
Todos estos datos obtenidos en la visita física han de ser
contrastados con una documentación actualizada y completa a nivel registral,
catastral y urbanística.
Posteriormente se aplicará el procedimiento y el método de
valoración más adecuado según la Normativa de aplicación, que habitualmente
suele ser el de método comparación. Para ello, será necesario previamente
buscar y aportar un estudio de mercado detallado de inmuebles semejantes
según la oferta existente en el mercado (viviendas comparables en la zona).
La tasación, algo más que el valor de un inmueble
Todos los elementos mencionados que describen las
características de una vivienda, junto a las comprobaciones en el Registro de la Propiedad, en el Catastro o su situación urbanística, se recogen en un
informe de tasación.
La tasación para garantía hipotecaria ha de ser
realizada por un técnico competente de una empresa homologada por el Banco de
España, y es un elemento imprescindible a la hora de solicitar un crédito
hipotecario. Este informe, sin embargo, no debe considerarse un mero trámite
con el banco. La tasación incluye información de interés que aporta seguridad
al comprador, como las comprobaciones sobre la situación urbanística y
registral de la vivienda. Incluye también la referencia para determinar el
valor de subasta (cuota mínima por la que se ejecutaría la vivienda en una
subasta si no de devuelve el préstamo).
Como el valor de tasación de la vivienda es la base sobre la que la entidad
financiera calculará el importe del préstamo que puede conceder sobre ese
inmueble que servirá de garantía, contar con una tasación en el momento inicial
de la negociación permite comprobar, por un lado, si el precio que pide el
vendedor es acorde al de mercado y si el comprador podrá disponer de la cuantía
que necesita para llevar a cabo la operación.
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